Gabriel Chávez Cazasola


Gabriel Chávez Casazola (1972) Poeta y periodista boliviano. En poesía ha publicado Lugar Común (1999), Escalera de Mano (2003) y El agua iluminada (La Hoguera, 2010), seleccionado entre los 12 mejores libros bolivianos de 2010 por escritores, lectores y críticos consultados por el suplemento “Fondo Negro” de “La Prensa” de La Paz. Sus poemas han sido traducidos al italiano, portugués e inglés, y están recogidos en antologías y revistas literarias de su país, de México, Nicaragua, Brasil, Portugal y Chile. Ha participado en varios encuentros internacionales de poesía e impartió talleres del género. Publicó además un libro de ensayos, otro de crónica periodística y editó una Historia de la Cultura Boliviana en el siglo XX (2005 y 2009), premiado como Libro Mejor Editado de 2009 por la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz. Como periodista, fue editor y columnista de importantes periódicos de su país. Entre otros premios, el Estado boliviano le concedió la Medalla al Mérito Cultural. 


BARTIMEO SUEÑA

No puedo ver

mi indigencia como un cayado
golpea a tientas la roca de la noche

quiere beber del agua
que lava la ceniza
de los ojos del mundo

entonces
alguien me arroja un sueño
pasa un dios

limpia mis párpados con su saliva

veo

todos los ríos dividirse
todas las aguas confluir

es más
me hundo hasta el cuello en el río primigenio
y contemplo los manzanares a su orilla

me tiendo en la hierba
despliego
un muy precioso mantel blanco que compré allá en Esmirna

vuelvo a comer de la manzana
veo a Eva llegar

Eva que baila
con blancos pies en la mañana del río

el fulgor me enceguece y
despierto

es el veneno de la manzana

no puedo ver

busco el cayado

a mi diestra
a mi siniestra

duerme una mujer

toco su rostro
tiene la cara del dios

pero está ciega.




CELEBRACIÓN

Un brindis por los que murieron jóvenes.

Por los que no claudicaron.
Por los que apuraron el vaso hasta las heces.
Por los que quisieron ser trueno y no se resignaron al gemido.

No los envidiamos.
No deseamos ser como fueron ellos
ni morir de sus heroicas muertes.

Solo brindamos a su memoria
con este viejo vino que los toneles de roble
han sabido atemperar.