Floriano Martins


Floriano Martins (Fortaleza, 1957). Poeta, editor, ensayista y traductor. Creó y coordina el Proyecto Editorial Banda Hispánica (Fortaleza, Brasil), que incluye la revista Agulha Hispánica. Es estudioso del surrealismo y de la literatura hispanoamericana, habiendo publicado libros como O começo da busca. O surrealismo na poesia da América Latina (Brasil: Escrituras, 2001), Un nuevo continente. Antología del surrealismo en la poesía de nuestra América (Venezuela: Monte Ávila Editores, 2008), A inocência de pensar (Brasil: Escrituras, 2009), y Escritura conquistada. Conversaciones con poetas de Latinoamérica (2 tomos, Venezuela: Fundación Editorial El Perro y La Rana, 2010). Libros suyos de poesía están publicados en países como Costa Rica, España, México, Portugal y Venezuela. Para Brasil tradujo libros de Aldo Pellegrini, Federico García Lorca, Guillermo Cabrera Infante y Juan Calzadilla. Estuvo presente en festivales de poesía realizados en países como Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Ecuador, España, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Portugal y Venezuela. Trabaja aun con fotografía, collage y diseño, habiendo realizado exposiciones y capas de libros. Curador de la Bienal Internacional del Libro de Ceará (Brasil, 2008), y miembro del jurado del Premio Casa de las Américas (Cuba, 2009) y del Concurso Nacional de Poesía (Venezuela, 2010). Profesor invitado de la Universidad de Cincinnati (Ohio, Estados Unidos, 2010).



DILETO DISFARCE DO MITO

Havia um silêncio ali perdido pelo meio da noite.
Talvez por entre as rachaduras no espinhaço do tempo.
Ou uma cicatriz inflamada alucinando o passado que perdera.
Nunca se sabe o quanto uma dor repercute.
Sofrê-la está no limite da consciência.
Algumas cidades sabem mais do que outras como abandonar a si mesma.
As luzes estavam como se a noite mal dormisse.
As escadas relutavam a ensinar o caminho àqueles que se mostravam melhor leitores das aflições urbanas.
A arqueologia nos diz sobre trilhas subterrâneas, pedra, musgo e água que abrigam certos lacres insuspeitos da história.
Tudo nos leva a crer que o passado se revela quando cavamos abaixo.
Porém há cidades que escondem sua história no piso superior.
Um abandono de si mesmo bordado nas alturas, encoberto pela agitação térrea da maquiagem urbana.
Cidades planas e sem escavações hereditárias.
Quem sabe a minha, talvez a tua, certamente a cidade de alguém.
Lugares à beira-mar que se utilizam do sol para distrair a melancolia incorpórea.
E que desmatam sua essência como uma erva daninha.
Cidades atormentadas pela recusa da própria sombra.
A noite aqui não dorme nunca.
Recapitula o silêncio ao qual se sente imposta.
Este vazio desconcertado das ruínas mais jovens da história.
Ruínas aéreas, cujas escadas o mito tenta disfarçar.
Possivelmente restos de algum pecado que desconhecemos.


DISFRAZ PREFERIDO DEL MITO

Había un silencio allí perdido en medio de la noche.
Tal vez entre las rendijas en el espinazo del tiempo.
O una cicatriz inflamada alucinando el pasado que perdiera.
Nunca se sabe cuanto afecta un dolor.
Sufrirlo está en el límite de la consciencia.
Algunas ciudades saben más que otras como abandonarse.
Las luces estaban como si la noche durmiese mal.
Las escaleras luchaban para enseñar el camino a aquellos que se mostraban mejor lectores de las aflicciones urbanas.
La arqueología nos dice sobre caminos subterráneos, piedra, musgo y agua que abrigan ciertos lacres insospechados de la historia.
Todo nos lleva a creer que el pasado se revela cuando cavamos abajo.
Sin embargo hay ciudades que esconden su historia en el piso superior.
Un abandono de sí mismo bordado en las alturas, encubierto por la agitación térrea del maquillaje urbano.
Ciudades planas y sin excavaciones hereditarias.
Quien sabe la mía, tal vez la tuya, ciertamente la ciudad de alguien.
Lugares a la orilla del mar que se valen del sol para distraer la melancolía incorpórea.
Y que desforestan su esencia como una hierba dañina.
Ciudades atormentadas por el rechazo de la propia sombra.
La noche aquí no duerme nunca.
Recapitula el silencio al cual se siente impuesta.
Este vacío desconcertado de las ruinas más jóvenes de la historia.
Ruinas aéreas, cuyas escaleras el mito intenta disfrazar.
Posiblemente restos de algún pecado que desconocemos.
 



DOS VOCES EL MISMO CIELO

Tu cuerpo ha llegado hasta aquí como una  lluvia,
como el agua que reúno en mis abismos y la sed
con que mi alma describe sus sueños más lejanos.
No era mi cuerpo, no. Yo no tengo un cuerpo.
Tengo lluvia, sí. Toma, ten toda mi agua. Y tengo cerezas
y lirios y zapatos viejos. Muy viejos, empolvados.
Los viejos sueños han cambiado el color de los cielos.
Las nubes se parecen a la tierra y los lirios bailan
como diosas que han perdido el camino de regreso
a sus nombres. Dame de beber en la cuenca de tu memoria.
Pobres lirios ciegos. Bailan, sin embargo, danzas intensas
y breves. Algo baja, como una fragancia, como un pequeñito
rayo del sol. Algo como el ala de un sueño.
Como las voces que bajan por los hilos de la tempestad,
oculto el sol en la mirada de ese tumulto.
El abrazo húmedo de una quimera disfrazada.
¿Dónde estás, ángel de la lluvia?, necesito saberlo.
Las nubes se parecen a la tierra. Mi respiración se extiende
sobre la arena, se detiene sobre la superficie pulida
de las piedras. Oscura, habitada, se repliega debajo de ellas.
Envuelvo tus pies. La fiesta de las nubes empieza por los pies.
Es como la arena descifra los planes del misterio
y el compás del abismo en su escritura invertida.
Es la vocación de nuestros besos todavía invisibles,
invisibles como son el florecer de la rosa
y el momento en que brota un camino.
Por detrás de los sueños rocosos del deseo
el escenario cambia sus formas más pequeñas
deletreando figuras encendidas al pie del bosque
que empieza a cantar una melodía de asombros.