Carmen Ollé


Carmen Ollé | Perú, 1947 | Poeta, narradora y crítica. Estudió pedagogía en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha residido largas temporadas en Francia, Alemania, España y Estados Unidos. Es autora de los poemarios Noches de adrenalina, Todo orgullo humea la noche y de las novelas ¿Por qué hacen tanto ruido?, Las dos caras del deseo, Pista falsa y Una muchacha bajo su paraguas. Ha sido directora del Pen Club del Perú, así como presidenta de la Red de Escritoras Latinoamericanas (RELAT).


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Bataille me gusta. Es alguien que uno puede leer.
La sensualidad en ese rostro que impresiona por parecer
de un sátiro con ojos purificados
nos sacude sin tumbarnos
nos habla como un hombre que sufre con la carne chamuscada
por el deseo que es ilimitado
su risa su obscena se parecen al temblor de las mujeres
en el desgarrón
en él la religiosa arde la virgen se desviste
como una puta
en algunas sociedades viriles todo se confabula
para que otros hablen de nuestro deseo lo designen
se retuerzan sobre ese “valor-objeto”
y nos definen para siempre inválidas.
¿Somos o no esas presas fáciles o encantadoras hadas?
El miedo se mezcla a la cópula como un regocijo

Opresión + engaño = alineación

                       Opresión + conocimiento = cólera

                                                               C. Steiner
Se crece entre cólera.
La cólera radical medita en el silencio de la alcoba
ante la impostura de una lección de piano
o un paraíso de estética decimonónica
hay para esto masturbaciones secretas que son éxodos
solitarias defenestraciones a la luz de la lámpara.

Lo que brota de natural de un cuerpo aplastado
no se resume en fáciles categorías como divino o decadente
todo WC es un jardín oculto
oler a orín reconforta
el cristianismo lleva hoy el peso de estos olores
y muchos gramos de bicarbonato para las náuseas.

A los 15 años se está de pie ante una cruz un arquetipo
del dolor
me arrodillo beso la punta de esos pies sangrantes
y deposito mi moneda en la alcancía
en esta mística de relatar cosas sucias estoy sola
y afiebrada. 


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Las relaciones con las partes de mi cuerpo no son teológicas
son frustraciones  derivados del dolor de un cuerpo fetiche.
Hoy perdí un diente:
¿Evacuación de una conciencia sufriente?
Pérdida de rigor:
¿Hay algo más honesto que esta ley-grave?
¿La belleza de las piezas naturales intactas no es un
humanismo narcisista?

Hoy perdí un diente (y hoy perdí un diente).
Me extravío-
más allá de esta frase se sitúa otra cualquiera
debajo un mundo paradigmático bloqueado
afirma su relación directa con el comportamiento
sexual.
La impotencia de ligar con el texto proviene
de la práctica erótica mutilada (desempleo sexual)
o
una fijación interfiere el juego
y los muslos son como árboles petrificados sobre el lecho
¿es acaso un melodrama?
el onanista hunde los párpados la mutilación
los abre.

Tuve que hablar de la mutilación erótica
ahora hablo del cuerpo mutilados:
el INNOMBRABLE
-Perder los miembros y conservar los dientes
qué escarnio –Beckett
¿La compasión paternalista es mis señores un atributo
decente?

Perder los dientes y no perderlo todo
Perderlo todo y no perder la vida
Conservar la vida y criogenizar el arte
Perder la vida industrializar la muerte
uno espera tener 80 años para hablar de sí mismo
hablar de sí mismo es un cuchicheo intermitente
e inútil
la ciencia se vuelve bélica y hablar de sí mismo
no es nada práctico pero es una guerra
esperar a tener 80 años para hablar de sí mismo
¿dónde radica lo verdadero en esperar o en hablar?

Hoy se pierde un diente mañana un ovario
hoy no ha de durar más que hoy
o mañana a lo sumo un mes.
Hoy ocupa su puesto la porcelana o el oro
y el estomatólogo a cambio recibirá su recompensa.

Estoy en el Mediterráneo.
Podría estar en cualquier otro lugar sintiéndome
la misma criatura insólita y sorprendida ante los
cambios de su cuerpo
la traslación de un cuerpo significa un corte
se vuelve a ser
y lo que nos ocurre aquí no nos hubiera ocurrido allí.
Se cree esto con tanta fuerza con tan absoluta confianza
que el regreso se nos figura un retorno a la frescura
de la piel:
los dientes no se pudren allí
el rostro no se aja
la piel no pierde lustre.
Los parientes fallecen (porque hemos partido)
el pueblo estalla
las familias empobrecen
se repueblan se sintetizan
¿no es una teoría nerviosa de la historia?
Nuestro Tótem.
Defecamos con soltura y es el único motor intacto
se corona una era escatológica

LA CACA ES TAN PODEROSA COMO UN PEQUEÑO COMPLEJO